World of Food Science

Evaluación de la inocuidad alimentaria humana de los alimentos derivados de la biotecnología del rADN
Food Technology, volumen 54, nº 9, Septiembre del 2000.

Esta sección comienza con una discusión tocante a los temas relevantes a la evaluación de la inocuidad de alimentos derivados de la biotecnología del ADN recombinante, incluyendo el concepto de equivalencia substancial, inocuidad del material genético introducido y de productos de genes, efectos involuntarios, alergenicidad, y productos sin equivalente convencional. Continúa con el consenso de grupos científicos internacionales con respecto a la inocuidad de los alimentos derivados de la biotecnología del rDNA.

Temas relevantes a la evaluación de inocuidad

Los productores de alimentos están obligados por ley a asegurar la inocuidad y la calidad de sus productos, sin considerar cual es el origen o la identidad de los ingredientes. Los alimentos tradicionales son vistos por la FDA como "inocuos" en base a una larga historia de uso. El público consumidor también considera inocuos a alimentos tradicionales. Sin embargo, muchos alimentos tradicionales contienen toxinas que ocurren naturalmente, las cuales, bajo ciertas circunstancias de exposición pueden ser un riesgo para los consumidores. Afortunadamente, en la mayoría de las circunstancias, estas toxinas que ocurren naturalmente están presentes en concentraciones que no son peligrosas para los consumidores que ingieren porciones típicas del alimento preparado bajo condiciones usuales. Además, algunos alimentos tradicionales son alergenos para algunos consumidores, aún cuando son inocuos para la vasta mayoría.

Los nuevos alimentos producidos a través de cruzamientos convencionales o introducidos al mercado procedentes de otras partes del mundo, no necesitan someterse a ningún tipo de evaluación de inocuidad. Se supone que son inocuos porque son comparables a otras variedades (o recién introducidos a través de cruzamientos convencionales) o porque se consumen sin riesgo en otras partes del mundo. En realidad, estos alimentos recién introducidos pueden contener numerosos componentes singulares, cuya inocuidad no se evalúa ni individual ni colectivamente.

En cambio, los productos derivados de la biotecnología del rADN se evalúan respecto a su inocuidad antes de su introducción dentro del mercado alimentario. Los productores de alimentos también deben asegurar la calidad e inocuidad de los productos que contienen ingredientes derivados de la biotecnología del rADN. En 1992, la FDA dispuso una esquema general para evaluar la inocuidad de los productos derivados de la biotecnología del rDNA, basado sobre el análisis de riesgo relativo a las características de los productos (FDA, 1992). Todos los alimentos existentes, producidos usando la biotecnología del rDNA han experimentado un riguroso análisis de inocuidad con base científica, enfocandose a las características de los productos, especialmente los componentes singulares. Aunque esta ha sido una práctica voluntaria en los EE.UU., la FDA anunció en mayo de 2000 que intenta proponer un sistema de notificación antes de comercializar los alimentos derivados de la biotecnología del rDNA ; ocasionando que esta política no oficial sea un requisito regulador (HHS, 2000). Por lo tanto, en la práctica, la evaluación de inocuidad de los alimentos derivados de la biotecnología del rDNA ha sido más estricta que la de los productos obtenidos por medios convencionales.

Equivalencia substancial
En los análisis de inocuidad de los alimentos derivados de la biotecnología del rADN; es útil comparar la nueva variedad de planta con su contraparte tradicional, porque la contraparte tiene una historia de inocuidad como alimento. El concepto de equivalencia substancial enfoca la evaluación científica de las diferencias potenciales, las cuales podrían presentar inquietudes nutricionales o de inocuidad de los alimentos.

La equivalencia substancial, en si, no es un determinante absoluto de la inocuidad, ya que los cambios en la composición de los alimentos derivados de la biotecnología del rADN pueden no tener impacto en la inocuidad de los alimentos. Sin embargo, la equivalencia substancial proporciona un proceso para establecer que la composición de la planta no ha cambiado, de tal manera que pueda introducir algún riesgo nuevo en el alimento, incrementar la concentración de componentes tóxicos intrínsecos, o reducir el contenido usual de nutrientes. Por ejemplo, el aceite de soja con alto contenido de ácido oleico, derivado de la biotecnología del rADN, tiene una concentración de ese ácido graso que cae fuera de la cantidad típica encontrada en los aceites de soja convencionales. A pesar de eso, desde una perspectiva científica, este alimento es considerado inocuo, de acuerdo a los conocimientos científicos que se tienen acerca de la inocuidad del ácido oleico, un ácido graso común de los alimentos.

Una determinación de la equivalencia substancial, considera los efectos intencionales o no intencionales de la modificación genética, e incluye una evaluaci ón de las características de los fenotipos y de la composición. Con respecto a la inocuidad alimentaria, la equivalencia substancial implica una evaluación cuantitativa de la concentración de los componentes inherentes del alimento modificado, que se compara con el amplio límite encontrado por lo general en su contraparte tradicional, bajo condiciones similares de producción de alimentos.

La mayoría de las fuentes alimentarias (v.g., soja, maíz) son mezclas extremadamente complejas que varían ampliamente en composición, por lo tanto es necesario considerar todos los factores que determinan el límite normal de variación (IFBC,1990). Los componentes clave que se miden incluyen nutrientes, tales como proteínas, grasas, carbohidratos, vitaminas y minerales; as í como factores anti-nutricionales, como toxinas y alergenos (Miraglia et al.,1998). La naturaleza de la tecnología usada para medir estos componentes está evolucionando rápidamente, debido a los nuevos métodos disponibles para evaluar la integridad de las vías metabólicas y medir los metabolitos secundarios, proteí nas funcionales y la expresión genética a nivel molecular.

Un informe reciente (FAO/ WHO, 2000) de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) y la Organización Mundial de la Salud (WHO) consideró el concepto de equivalencia substancial:

Una aproximación comparativa, enfocada sobre la determinación de las similitudes y diferencias que existe entre los alimentos modificados genéticamente y su contraparte convencional, ayuda a identificar cuestiones nutricionales e inocuidad potencial; y es considerada la estrategia más apropiada para la evaluación nutricional y de inocuidad de los alimentos genéticamente modificados.

La Conferencia, fue de la opinión que hasta el momento no había estrategias alternativas que proporcionaran mejores garantías de inocuidad, para los alimentos modificados genéticamente, que el uso apropiado del concepto de equivalencia substancial. A pesar de eso, se acordó que algunos aspectos de los pasos que se llevan a cabo en el proceso para evaluar la inocuidad pueden refinarse, para estar al corriente de los adelantos de la tecnología de modificación genética. El concepto de equivalencia substancial fue desarrollado para darle un enfoque práctico a la evaluación de la inocuidad de los alimentos genéticamente modificados. Debe verse como un paso clave en el proceso de evaluación de inocuidad, aunque, en si, no es una evaluación de inocuidad. No determina el riesgo, sino que se usa para estructurar la evaluación de inocuidad de un alimento genéticamente modificado en relación a su equivalente convencional. La Conferencia concluyó que la aplicación del concepto de equivalencia substancial contribuye a fortalecer el sistema de evaluación de inocuidad. La Conferencia estuvo satisfecha con el enfoque usado para analizar la inocuidad de los alimentos genéticamente modificados que han sido aprobados para uso comercial.

Asimismo, en un informe realizado en mayo de 2000, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OECD) examinó la inocuidad de nuevos alimentos y alimentos para animales. Se concluyó que:

La evaluación de inocuidad basada en la equivalencia substancial es el enfoque más práctico para enfocar la inocuidad de los alimentos y los componentes alimentarios derivados de la biotecnología moderna.

La FDA, en su política de 1992 sobre alimentos derivados de nuevas variedades de plantas (FDA, 1992), emplea el concepto de equivalencia substancial enfocando las características del producto alimenticio. Principalmente, esta política sobre productos alimenticios de nuevas variedades de plantas tiene el propósito de que se aplique sin tomar en consideración el origen de la planta, o sea, si deriva de cruzamientos convencionales o de métodos de la biotecnología del rADN. La FDA ha identificado ciertas caracterí sticas que poseen estos alimentos, las cuales indican que existe la necesidad de una inspección adicional, para establecer su inocuidad. Estas características incluyen una substancia que es completamente nueva en el alimento, un alergeno manifestado bajo circunstancias poco comunes o inesperadas, cambios en la concentración de los principales nutrientes dietéticos, y un incremento en la concentración de los factores anti-nutricionales y de las toxinas propias del alimento. Aunque la política de la FDA no usa específicamente el término de equivalencia substancial, la ausencia de las características arriba mencionadas pueden llevar a concluir que un alimento proveniente de una nueva variedad de planta es substancialmente equivalente a su contraparte tradicional.

Inocuidad del material genético introducido y de los productos génicos.

Bajo la política actual de la FDA (1992), tomada como punto de partida, las características de los productos se analizan, incluso la secuencia de nucleótidos del ADN, la cual se usa para la transformación de las plantas. Este proceso brinda información importante tocante a las proteínas codificadas, los elementos reguladores que controlan la expresión, y la presencia o ausencia de posibles secuencias adicionales de codificación dentro del ADN. Si bien, no se puede identificar todo el ADN externo no codificador, se puede reducir a segmentos muy pequeños. Este nivel de detalle, por lo general, no se puede determinar para las variedades nuevas de plantas obtenidas por medios convencionales, tales como la hibridación.

Por lo tanto, la política de la FDA tiene el propósito de que se conozca, con todo detalle, la estructura y función de las proteínas codificadas por el o los genes que se introducen en las plantas. Esta información se usa para evaluar el nivel de cualquier riesgo potencial, tanto de la proteína introducida, así como de otros elementos que se pueden producir o alterar por la presencia de la proteína que se introdujo. Un factor adicional es la fuente del gen. La política de la FDA considera que se deben abordar las siguientes preguntas: ¿Tiene el organismo original antecedentes de inocuidad? ¿Puede la fuente del gen producir alguna toxina endógena o alergenos que necesiten ser investigados en la planta modificada genéticamente?

Cualquier preocupación potencial asociada a la inocuidad del organismo original sirve para enfocar las evaluación tocante a la inocuidad de la planta derivada de la biotecnología del rADN y a los productos derivados de ella. Por ejemplo, si se obtuvo un gen de una fuente que produce un alergeno conocido, las proteínas codificadas por el ADN introducido deben ser evaluadas para demostrar que ese ADN no codificó un alergeno.

  • Inocuidad del material genético introducido.

El paso inicial en una evaluación de inocuidad es la caracterización completa de la estructura genética que se está insertando. Este paso incluye la identificación de la fuente del material genético, para establecer si se origina de una fuente patógena, productora de toxinas o es una fuente de alergenos. Los parámetros a medir incluyen el tamaño de la estructura genética que se inserta dentro del genoma de la planta, el número de estructuras insertadas, la localización de la inserción y la identificación de las secuencias genéticas dentro de la estructura, lo cual permite que se detecten (secuencias marcadoras) y su manifestación en la planta (secuencias promotoras).

El material genético transferido está compuesto de ADN. Todos los alimentos, derivados o no de la biotecnología del rADN, contienen ADN. Los individuos consumen grandes cantidades de ADN cuando comen alimentos convencionales (Beever y Kemp, 2000). El ADN que se introduce mediante la biotecnología del rADN representa sólo una peque ña fracción del ADN total que se consume cuando se ingieren los alimentos, y la transferencia de genes, de plantas derivadas de la biotecnología del rADN a células de mamíferos es muy poco probable.

Debido a que el ADN está presente en todos los alimentos, no está sujeto a una evaluación de inocuidad (IFBC, 1990; Miraglia et al, 1998). Está bien establecido que el ADN se digiere rápidamente en el sistema gastrointestinal, y no hay evidencia de transferencia de ADN, de los alimentos a las células intestinales humanas o a los microorganismos intestinales (Donaldson y May, 1999). Cualquier ADN de origen vegetal que se pueda encontrar en los tejidos humanos probablemente es un fragmento pequeño, no funcional, resultante de siglos de consumo, y no implica que los alimentos de origen vegetal son peligrosos. Por otra parte, la probabilidad de transferir segmentos de rADN de los alimentos producidos mediante la biotecnología del rDNA es considerablemente menor que la del ADN de los alimentos convencionales, simplemente porque el ADN nuevo es menos que 1/250.000 de la cantidad total consumida (FAO/WHO, 2000).

Los primeros alimentos derivados de la biotecnología del rADN estaban basados en el uso de los genes marcadores seleccionables que confieren resistencia a un antibiótico. En un seminario organizado por WHO, se llegó a la conclusión que la presencia de genes marcadores en alimentos no constituiría, en si, una preocupación de inocuidad (WHO , 1993). FAO/WHO (2000) reconsideró, recientemente, el tema de los genes marcadores con resistencia a antibióticos, y nuevamente encontró que no hay evidencia de que los marcadores que actualmente se usan presenten un riesgo para la salud de los seres humanos o de los animales domésticos. Los genes que confieren resistencia a los fármacos que tienen uso medicinal específico o como terapias alternativas limitadas, no deben usarse en alimentos derivados de la biotecnología del rADN ampliamente diseminados.

Después de una extensa investigación, la FDA decidió permitir el uso de genes resistentes a kanamicina en el desarrollo de productos alimenticios para humanos y animales derivados de la biotecnología del rADN, tales como tomates, colza oleaginosa y algodón para uso, y permitió el uso de dichos cultivos en alimentos y alimentos para animales (FDA, 1994). La FDA concluyó que la digestibilidad del ADN resistente a kanamicina no era diferente a otros ADN, y no presentaba inquietudes tocantes a inocuidad alimentaria.

El gen marcador usado para conferir resistencia a la kanamicina era el gen tipo II neomicina fosfotransferasa (NPTII). La proteína NPTII se degrada rápidamente, al igual que otras proteínas dietéticas, cuando está sujeta a condiciones que simulan la digestión de los mamíferos. Esta proteína también se ha analizado en estudios de toxicología aguda, a niveles superiores a un millón de veces por encima del nivel de consumo, de alimentos provenientes de plantas derivadas de la biotecnología del rADN. Por último, la transformación de bacterias intestinales por resistencia a kanamicina de plantas es insignificante, con un máximo teórico calculado de menos de 1 en 100.000, al ser comparado con la transferencia de resistencia bacteriana (WHO, 1993). Por ende, esta proteína no plantea preocupaciones de inocuidad alimentaria. La FDA concluyó que no existe peligro inherente, ante la presencia de marcadores de resistencia a antibióticos, en anteriores alimentos derivados de la tecnología del rADN. Estos genes marcadores, tales como el gen NPTII, no presentan un problema de inocuidad en los alimentos y alimentos para animales, y tampoco se consideran tóxicos ni alergénicos.

El riesgo de que el uso de genes resistentes a antibióticos resulte en una transferencia de resistencia a los antibióticos y reducida eficacia de los antibióticos es extremadamente pequeña, se necesitaría la manifestación de una serie de eventos, de los cuales cada uno sería altamente improbable. Por otra parte, si tal paso ocurriera, ser ía necesario seleccionar el antibiótico, para hacer que la nueva cepa resistente fuera una cepa común (Salyers, 2000). Estos temas son tratados con mayor detalle en la sección sobre Beneficios y Preocupaciones.

  • Inocuidad de los productos génicos.

La política de 1992 de la FDA, asimismo, establece que cuando se haya caracterizado completamente la estructura genética, se conduzca una investigación sobre la inocuidad de los productos génicos. [El producto génico es la proteína, a menudo es una enzima, producida por el gen o genes recientemente introducidos, la cual se encuentra presente en los alimentos o ingredientes alimentarios derivados de la biotecnología del rADN. Por ejemplo: la proteína expresada en el maíz Bt codificada por genes del Bacillus thuringiensis (Bt), confiere especificidad plaguicida contra insectos lepidópteros]. Las evaluaciones de inocuidad, típicamente, incluyen la identificación de la composición y estructura del producto génico; una cuantificación de la cantidad de producto génico expresado en la porción comestible del alimento; un estudio de semejanza con toxinas conocidas y factores anti-nutricionales, al érgenos y otras proteínas funcionales; una determinación de la estabilidad térmica y digestiva del producto génico; y los resultados de aná lisis toxicológicos in vivo e in vitro para demostrar la falta de aparentes propiedades alergénicas o toxicidad (Donaldson y May, 1999).

Efectos involuntarios

Desde una perspectiva de inocuidad, los efectos involuntarios de la modificación genética son considerados como la manifestación de una expresión involuntaria de algún tóxico o factor anti-nutricional desconocido o inesperado, o bien, la producción aumentada de constituyentes tóxicos conocidos (Sociedad Real, 1998).

Sin embargo, en base al conocimiento adquirido a la fecha del sinnúmero de alimentos derivados de la biotecnología del rADN, no hay evidencia científica de que surjan tales efectos involuntarios. Dada la precisión de la naturaleza y la facilidad de predecir los cambios genéticos logrados a través de las técnicas del rADN, al ser comparados con los cambios genéticos al azar observados en los cruzamientos convencionales, se considera que esos efectos son poco probables en los alimentos derivados de la biotecnología del rADN.. Además, estos efectos rara vez han sido observados en los muchos miles de cruces involucrados en el desarrollo de los cultivos convencionales. Por ejemplo, se encontraron altas concentraciones de glicoalcaloides en la papa Lenape desarrollada bajo condiciones convencionales, y esta variedad posteriormente fue retirada del mercado por el USDA (Zitnak y Johnston, 1970). Estas toxinas se encuentran presentes en todas las papas, y habitualmente, se analizan los nuevos cultivos de papa respecto al contenido de glicoalcaloides. El contenido de glicoalcaloides, inusitadamente alto en la papa Lenape, se atribuyó al uso una especie silvestre no formadora de tubé rculos de origen Solanum chacoense. Vale la pena mencionar que la variedad Lenape es el origen de la variedad "Atlantic", una papa corriente con un contenido de glicoalcaloides propio de la gama de papas comestibles.

Alergenicidad

Las alergias alimentarias implican respuestas inmunológicas anormales a sustancias encontradas en los alimentos. Por lo general, se trata de proteí nas presentes en forma natural que se encuentran en alimentos comúnmente alergénicos, tales como maní, leche, mariscos y pescados. Las reacciones alérgicas se manifiestan por síntomas que varían desde síntomas cutáneos benignos o gastrointestinales hasta reacciones de shock anafiláctico que amenazan la vida. Virtualmente todos los alergenos alimentarios son proteínas, aunque sólo una pequeña fracción de las proteínas encontradas en la naturaleza (y en los alimentos) son alergénicas. Considerando que la modificación genética implica la introducción de genes nuevos en la planta receptora, y debido a que estos genes producen nuevas proteínas en las variedades mejoradas, el potencial alergénico de las proteínas recientemente introducidas debe ser un componente clave en el proceso de evaluación de la inocuidad.

La evaluación del potencial alergénico de los alimentos derivados de la biotecnología del rADN sigue el proceso de "árbol de decisiones" esbozado por el Consejo Internacional de Biotecnología de Alimentos (IFBC) y el Instituto de Alergia e Inmunología del Instituto Internacional de Ciencias de la Vida (ILSI) (Metcalfe et al., 1996). Esta estrategia enfoca criterios científicos específicos, incluso la fuente del gen(es); la secuencia homológica de la(s) nueva(s) proteína(s) introducida(s) a alérgenos conocidos, la reactividad inmunoquímica de esas proteínas con anticuerpos inmunoglobulina E (IgE) del suero sanguíneo de individuos con alergias a la fuente de la cual se obtuvo el material genético, y las propiedades físico-químicas, v.g., estabilidad digestiva de la proteína introducida.

En una conferencia de expertos, recientemente realizada (FAO/WHO, 2000), se sugirió que a la estrategia de la evaluación alergénica de IFBC-ILSI, se le agregaran otros criterios, incluyendo el nivel de expresión de la nueva proteína(s) introducida(s) en las porciones comestibles de la variedad mejorada, y la evaluación de la categoría funcional para esa proteína introducida (algunas categorías funcionales de proteínas, por ejemplo: albúmina 2S alta en metionina, se sabe que contienen varios alérgenos de diferentes fuentes),.

El primer paso en la en la evaluación de las propiedades alergénicas (Fig. 1) implica clasificar la fuente del material genético, ya sea como alergé nico, menos comúnmente alergénico y de potencial alergénico desconocido. Ocho alimentos o grupos de alimentos, que incluyen leche, huevos, pescados, crustáceos, maní, soja, nueces y trigo, son aceptados como comúnmente alergénicos; estos ocho alimentos o grupos de alimentos son responsables de más del 90% de todas las alergias alimentarias en el mundo (FAO, 1995). Se ha indicado que existen más de 160 alimentos causantes de reacciones alérgicas (Hefle et al., 1996), y se clasifican como alergenos menos comunes. Sin embargo, muchos de los genes que se han usado o se van a usar para producir alimentos derivados de la biotecnología del rADN se obtienen de fuentes que no tienen antecedentes de ser alergenos alimentarios. Ciertamente, si la fuente contiene alergenos ambientales bien conocidos, por ejemplo: la ambrosía (ragweed) contiene alergenos comunes en el polen, por lo tanto, se debe evaluar cuidadosamente la alergenicidad de la proteína recién introducida.

Los enfoques a la evaluación de la alergenicidad varían de acuerdo a la naturaleza de la fuente del material genético transferido. Si el material gené tico se obtiene de una fuente alergénica conocida, ya sea , más o menos comúnmente alergénica, y la proteína codificada se expresa en la porci ón comestible del alimento derivado de la biotecnología del rADN, se debe considerar que la proteína es un alergeno, hasta que se pruebe lo contrario.

En tales situaciones, el siguiente paso en la evaluación de la alergenicidad es la determinación de la inmunoreactividad de la proteína recién introducida, conteniendo anticuerpos tipo IgE, del suero de individuos alérgicos al organismo donante. Mediante análisis inmunológicos se puede analizar la reactividad del suero sanguíneo, con proteínas purificadas o con extractos del alimento genéticamente modificado (Yunginger y Adolphson, 1992; Taylor y Lehrer; 1996). Si se usa un número suficiente de sueros de prueba, como se aconseja en el enfoque del árbol de decisiones (Metcalfe et al.,1996), se puede determinar la alergenicidad de la proteína introducida con un alto grado de confiabilidad. Sin embargo, si se obtienen resultados negativos en los análisis inmunológicos, el alimento derivado de la biotecnología del rADN, o sus extractos, debe ser analizados adicionalmente, mediante pruebas in vivo de punción cutánea (Bock et al., 1977; Taylor y Lehrer, 1996), pruebas doblemente a ciegas con alimentos controlados con placebos (Bock et al., 1988; Taylor y Lehrer, 1996), o evaluaciones de estabilidad digestiva (Astwood et al., 1996), como se propone en el árbol de decisiones del IFBC-ILSI. Si el análisis inmunológico y las otras pruebas son negativas, la probabilidad de que el alimento derivado de la biotecnología del rADN contenga alergenos es muy pequeña.

La evaluación más difícil ocurre cuando los genes se obtienen de fuentes sin antecedentes alergénicos, tales como virus, bacterias o plantas no alimenticias. La probabilidad de que las proteínas derivadas de tales fuentes de ADN sean alergenos no es muy alta, ya que la mayoría de las proteínas en la naturaleza no son alergenos (Taylor, 1997). Además, muchas de estas proteínas se van a expresar en el alimento derivado de la biotecnología del rADN a muy bajos niveles, siendo que sea más probable que la sensibilización ocurra con las principales proteínas presentes en los alimentos (Taylor, 1997). Los aspectos clave de la evaluación de la alergenicidad de dichos alimentos, implica la comparación de la secuencia de aminoácidos de la proteína introducida con la secuencia de aminoácidos de alergenos conocidos, y la estabilidad digestiva de la prote ína introducida. Aunque la combinación de estos dos criterios proporciona una garantía razonable de que la proteína introducida tiene limitado potencial alerg énico, se ha disputado el enfoque de la aplicación de estos dos criterios, y se ha defendido la conveniencia de agregar criterios adicionales para evaluar la alergenicidad de estos productos (Wal, 1998).

El criterio de homología en la secuencia de los aminoácidos a alergenos conocidos, es un enfoque lógico y cada vez más eficaz. Las secuencias de los aminoácidos de más de 300 alergenos conocidos están disponibles para propósitos de comparación. La estrategia de IFBC-ILSI define secuencia semejante significativa, a la semejanza de por lo menos ocho aminoácidos idénticos, contiguos, en base a la longitud mínima de péptido requerida para el enlace de las células T, la cual es el preludio necesario para la sensibilización alérgica. Este enfoque está claramente limitado en cuanto a que no puede identificar epítopes no continuos o conformados, dependientes de la estructura terciaria de la proteína (Metcalfe et al., 1996). Otras personas, han sugerido que se modifique la definición de secuencia homóloga significativa a: longitud mínima de péptido, menor a ocho aminoácidos idénticos contiguos (Fundación Consumidor y Biotecnología, 1999). Aunque este criterio (secuencia homóloga de aminoácidos a alergenos conocidos) es claramente útil, se debe buscar un acuerdo internacional sobre su aplicación.

Los alergenos alimentarios conocidos tienden a ser muy estables a las proteasas digestivas (Astwood et al., 1996), con la excepción de las proteínas alimentarias relacionadas al polen, las cuales causan síndrome de alergia oral (Taylor y Lehrer, 1996). Por lo tanto, la estabilidad digestiva se puede usar como un criterio para la evaluación del potencial alergénico de las proteínas introducidas. Se recomiendan los modelos gástricos e intestinales simulados, de digestión en mamíferos, para dichas evaluaciones (Astwood et al., 1996; Metcalfe et al., 1996). Aunque la utilidad de este criterio es evidente, se necesita llegar a un acuerdo general respecto a cuales son los protocolos ideales para la evaluación de estabilidad digestiva. Se reconoce que pueden existir proteínas nuevas, que son estables a la digestión pero que no van a convertirse en alergenos. Se necesitan pruebas adicionales para evaluar el potencial alergénico de dichas proteínas (FAO/WHO, 2000).

El desarrollo de criterios adicionales y de pruebas adicionales para evaluar las la propiedades alergénicas de los alimentos derivados de la biotecnología del rADN ser ía conveniente, cuando se trata de casos en los cuales el gen se obtiene de fuentes sin antecedentes alergénicos. Como se mencionó, el nivel de expresión de la proteína introducida y la categoría funcional de la proteína introducida, puede ser usado como criterios adicionales (FAO/WHO, 2000). Además, se anticipa para el futuro, el desarrollo de modelos animales adecuados para la predicción del potencial alergénico de las proteínas introducidas. Aunque varios modelos animales parecen ser promisorios (Knippels et al., 1998), ninguno ha sido suficientemente confirmado para que se use rutinariamente para evaluar la alergenicidad de los alimentos derivados de la biotecnología del rADN.

El enfoque existente, de árbol de decisiones, ya se ha aplicado en la evaluación de la alergenicidad de los alimentos derivados de la biotecnología del rADN. La enzima introducida en la soja, tolerante a glifosato no tiene secuencia homóloga a alergenos conocidos, y se digiere rápidamente en sistemas simulados de digestión en mamíferos (Harrison et al., 1996). En forma similar, varias de las proteínas Bt usadas en cultivos resistentes a insectos, y las proteínas producidas por genes marcadores comunes, se digieren rápidamente en los sistemas simulados de digestión de mamíferos (Astwood et al., 1996). Se demostró que una proteína alta en metionina, introducida en soja por transferencia de un gen de la nuez de Brasil, para corregir la deficiencia inherente de metionina en soja, se ligaba a la IgE del suero de individuos alérgicos a dicha nuez y producía pruebas de punción cutánea positivas en algunos de esos pacientes (Nordlee et al., 1996). Se identificó que esta proteína era el alergeno principal de la nuez de Brasil, el cual no había sido previamente caracterizado. A raíz de esto, se descontinuó el desarrollo comercial de esta particular variedad de soja.

Claramente, la evaluación de la alergenicidad de los alimentos derivados de la biotecnología del rADN debe ser un componente clave del proceso global de evaluación de inocuidad, en todos los casos. Se ha desarrollado una estrategia útil para dichas evaluaciones; esta estrategia debe ser vista como dinámica, aunque requiere que se agreguen nuevos enfoques y criterios, una vez que sean aprobados y aceptados.

a- De FAO/WHO 2000. Adaptado del enfoque de árbol de decisiones desarrollado por el Consejo Internacional de Biotecnología de Alimentos y el Instituto de Alergia e Inmunología del Instituto Internacional de Ciencias de la Vida (Metcalfe et al., 1996).

b- La combinación de pruebas que incluyen sujetos humanos alérgicos o suero sanguíneo de los mismos pueden proporcionar un alto nivel de confianza, indicando que no se transfirió ningún alergeno mayor. La única duda remanente sería la posibilidad de que un alergeno menor afectara a un pequeño porcentaje de la población, alérgica al material original.

c- Cualquier resultado positivo obtenido de pruebas que incluyen sujetos humanos alérgicos o suero sanguíneo de los mismos puede proporcionar un alto nivel de confianza de que la nueva proteína es un alergeno potencial. Los alimentos que contienen tales proteínas necesitan ser etiquetados indicá ndolo, para proteger a los consumidores alérgicos.

d- Una proteína nueva sin ninguna secuencia semejante a alergenos conocidos o derivada de una fuente menos comúnmente alergénica, sin evidencia de enlace a IgE del suero sanguíneo de algunos individuos alérgicos (<5), pero que es estable a la digestión y al procesamiento, debe ser considerada como posible alergeno. Sería necesaria una nueva evaluación para despejar esta duda. La naturaleza de los ensayos se determina de acuerdo a cada caso.

e -Una proteína nueva sin secuencia semejante a alergenos conocidos y que no es estable a la digestión y al procesamiento no tiene evidencia de alergenicidad. Igualmente, una proteína nueva expresada por un gen obtenido de una fuente menos comúnmente alergénica y que se ha demostrado que no se enlaza al IgE del suero sanguíneo de individuos alérgicos (>5 pero <14) no muestra evidencias de alergenicidad. Se pueden incluir pruebas de estabilidad en estos casos. Sin embargo, el nivel de confianza basado sólo sobre dos criterios de decisiones es modesto. La Conferencia de Expertos FAO/WHO sugirió que se deberían considerar otros criterios, tales como el nivel de expresión de la nueva proteína.

f- Desafío doblemente a ciegas con alimentos controlados con placebos (cuerpo de revisión institucional).

Productos sin contrapartes convencionales

Los alimentos derivados de la biotecnología del ADN recombinante sin contrapartes convencionales necesitan ser evaluados de acuerdo a cada uno de los casos y estarían sujetos a algunos tipos de evaluación de toxicidad, dependiendo de la naturaleza de la modificación (IFBC, 1990). Esta situación aún no se ha presentado en el caso de alimentos derivados de la biotecnología del rADN, aunque indudablemente en algún momento puede ocurrir. Cuando esto suceda, la situación va a causar que surjan una variedad de temas que será necesario abordar de una manera flexible, basada en la ciencia.

Los alimentos completos son mezclas complejas de componentes químicos, caracterizados por amplias variaciones en su composición y calidad nutricional, que no se adaptan bien a los estudios toxicológicos tradicionales diseñados para evaluar entidades químicas individuales. Las pruebas de alimentos completos, sea derivados de la biotecnología del rADN o convencionales, realizadas en los estudios de alimentación animal, por ejemplo, está limitado por factores tales como preferencias de alimentación cualitativas y cuantitativas de los animales y por los niveles de factores nutricionales y anti-nutricionales, así como por otras substancias presentes. Cuando un investigador intentó verificar el umbral tóxico para un tomate derivado de la biotecnologí a del rADN , alimentando ratas con el extracto seco congelado del tomate, los experimentos se limitaron al equivalente humano de 13 tomates por día, debido a los efectos negativos de los compuestos inorgánicos, tales como potasio, los cuales están presentes tanto en los tomates derivados de la biotecnología del rADN como en los tomates convencionales. Pero, como se ñaló MacKenzie (1999), "Los toxicólogos, todavía, dijeron que no los habíamos alimentado lo suficiente para obtener resultados significativos".

Otra limitación que tienen los ensayos de toxicología animal, es que rara vez son lo suficientemente sensibles para distinguir diferencias entre la toxicidad de una nueva variedad y su contraparte convencional. En efecto, la mayoría de los alimentos produce efectos adversos en los estudios de alimentación animal de duración prolongada, cuando se alimentan altas proporciones de la dieta, sin tomar en cuenta la naturaleza de la producción. Los resultados de dichos estudios no son fáciles de interpretar, y los aparentes efectos adversos son, a menudo, consecuencia indirecta de un desequilibrio nutricional en la dieta, más que el efecto de cualquier componente específico en cuestión. La OECD (2000) reconoció que no hay justificación científica para requerir estudios de alimentación, de larga duración tocante a alimentos derivados de la biotecnología del rADN, y es poco probable que dichos estudios proporcionen información significativa en la gran mayoría de los casos. FAO/WHO (2000) estuvo de acuerdo, encontrando que las dificultades prácticas encontradas en la aplicación de estudios toxicológicos convencionales a alimentos completos, excluye su uso como una técnica de rutina en la evaluación de inocuidad.

Las diferencias clave entre las pruebas realizadas en alimentos completos y las pruebas en substancias químicas individuales encontradas en estudios de alimentación animal se indican en la Tabla 1.

Por lo tanto, si se tiene un alimento hipotético derivado de la biotecnología del rADN sin una contraparte convencional, los estudios animales van a necesitar ser dise ñados para poder abordar cuestiones nutricionales o toxicológicas específicas. Sin embargo, estos estudios deben diseñarse cuidadosamente para evitar o minimizar las limitaciones, anteriormente mencionadas, asociadas con las pruebas de alimentos enteros o principales compuestos alimentarios (Munro et al., 1996). Por ejemplo, los estudios toxicológicos se pueden usar para examinar el potencial de efecto agudo, crónico, cancerígeno, genotóxico, reproductivo y teratogénico, de los componentes o de fracciones de interés en un alimento derivado de una nueva variedad de planta. Una evaluación completa también incluye datos fármaco-cinéticos con respecto a absorción, distribución, metabolismo y excreción del nuevo producto o de algún componente novel derivado del mismo. Enfocando el examen toxicológico sobre fracciones o componentes, cuidadosamente seleccionados, de un alimento derivado de una nueva variedad de planta, excluyendo los componentes principales, los cuales no son de interés, es posible reducir o eliminar las dificultades asociadas a las pruebas de alimentos completos.

La evaluación de macronutrientes substitutos u otros componentes alimentarios principales debe seguir un enfoque escalonado (Munro et al., 1996), por medio del cual se determinen las propiedades físicas y químicas de los componentes alimenticios, además de determinar el potencial que tienen para interrumpir o alterar la captación de nutrientes. Los estudios iniciales, los cuales predicen el efecto, dictaminan cuales son los determinantes fisiológicamente relevantes de los subsecuentes estudios realizados in vitro e in vivo (Munro et al., 1996). Además de eso, la elección del modelo animal para cualquiera de los estudios in vivo tiene que ser cuidadosamente considerada, debido a la trascendencia que tienen cuando se aplican los resultados a humanos (Battershill et al. 1999).

Sin precedente, la discusión anterior expone una propuesta que parece ser mejor calculada para proporcionar los datos necesarios para una demostración persuasiva de inocuidad. Claramente, esos alimentos novedosos sin contrapartes convencionales, cuando estén disponibles, van a requerir análisis, evaluación, y escrutinio regulatorio cuidadoso, usando un proceso flexible, que se adapte a cada uno de los casos, en base a la novedosa naturaleza de los temas presentados.

Consenso científico sobre inocuidad

El panel sobre Inocuidad Alimentaria Humana, revisó la información disponible referente a la inocuidad de los alimentos derivados de la biotecnología del rADN y encontró que existe marcada congruencia en las conclusiones y recomendaciones presentadas por varios grupos de científicos internacionales que han considerado el tema.

La Academia Nacional de Ciencias publicó un informe oficial (NAS, 1987) sobre la introducción planificada de organismos derivados de la biotecnología del rADN dentro del medio ambiente. Este documento ha tenido un impacto de gran alcance en los EE.UU. y en otros países. Sus conclusiones y recomendaciones más significativas incluyen (1) no hay evidencia de la existencia de riesgos específicos, ya sea que se usen las técnicas de la biotecnología del rADN o que se trasladen genes entre organismos no relacionados, y (2) los riesgos asociados con la introducción de organismos derivados de la biotecnología del rADN son de la misma índole que aquellos asociados con la introducción de organismos no modificados y organismos modificados a través de otros métodos.

En una expansión de este informe oficial, en 1989, el Consejo Nacional de Investigaciones (NRC), el brazo investigador de la NAS, se concluyó que "no existe ninguna distinción conceptual entre la modificación genética de plantas y microorganismos, ya sea que se usen métodos clásicos o técnicas moleculares, las cuales modifican el ADN y transfieren genes" (NRC, 1989). El informe del NRC respaldó esta declaración, con extensas observaciones sobre experiencias anteriores con cruzamiento de plantas, introducción de plantas derivadas de la biotecnología del rADN, e introducción de microorganismos derivados de dicha tecnología:

Los comités [de expertos comisionados por la NRC] guiados por la conclusión (NAS, 1987) determinaron que el producto de la modificación y la selección genética tenía que ser el enfoque primordial para tomar decisiones respecto a la introducción de una planta o microorganismo al medio ambiente, y no el procesopor el cual se obtuvo ese producto.

La información tocante al proceso usado para producir un organismo genéticamente modificado es importante para conocer cuales son las caracterí sticas del producto. Sin embargo, la naturaleza del proceso no es un criterio útil para determinar si el producto requiere menos o más vigilancia.

Las mismas leyes físicas y biológicas rigen la respuesta de los organismos modificados, por medio de métodos moleculares y celulares modernos y la respuesta de aquellos producidos por métodos clásicos.

La metodología del ADN recombinante hace posible introducir piezas de ADN, constituidas por genes simples o múltiples, los que pueden ser definidos de acuerdo a su función y a la secuencia de nucleótidos. Usando las técnicas clásicas de transferencia de genes, se puede transferir una cantidad variable de genes, la cantidad depende del mecanismo de transferencia; pero, es difícil predecir la cantidad exacta o las características que se han transferido, y no podemos predecir siempre la expresión fenotípica que va a resultar. Con organismos modificados por métodos moleculares, estamos en una mejor posición, sino perfecta, para predecir la expresión fenotípica.

Los cultivos modificados por métodos moleculares y celulares deben poseer riesgos que no son diferentes de los que resultan en cultivos modificados por métodos genéticos clásicos, para obtener rasgos similares. Puesto que los métodos moleculares son más específicos, los usuarios de estos métodos van a estar más seguros de las características que introducen dentro de las plantas.

Los tipos de modificación que se han visto o anticipado mediante el uso de técnicas moleculares, son similares a aquellos que se han producido con técnicas clásicas. No hay riesgos nuevos o con diferencias inherentes asociados a las técnicas moleculares.

Se enfatizaron los mismos principios en un informe global (NIH, 1992) realizado por el Consejo Nacional sobre Políticas Biotecnológicas de los EE.UU., establecido por el Congreso y compuesto por representantes de los sectores público y privado:

Los riesgos asociados a la biotecnología no son originales, y tienden a estar asociados con l productos particulares y sus aplicaciones, no con el proceso de producción o la tecnología en sí. De hecho, los procesos biotecnológicos tienden a reducir los riesgos porque son más precisos y previsibles. Los riesgos a la salud y al medio ambiente, por no buscar soluciones basadas en la biotecnología para resolver los problemas de la nación, probablemente sean mayores que los riesgos de seguir adelante.

Estos hallazgos son consistentes con las observaciones y recomendaciones del Comité de Ciencia y Tecnología de la Cámara de los Lores del Reino Unido (UK, 1993), el cual fue muy crítico de la política de su nación, en la cual se determina que los productos derivados de la biotecnología del rADN se deben someter a requisitos reguladores adicionales:

Como cuestión de principios, los productos derivados de organismos genéticamente manipulados (OGM) u organismos recombinantes, se deben reglamentar de acuerdo a los mismos criterios que rigen a cualquier otro producto... La reglamentación del Reino Unido respecto a la nueva biotecnología de modificación genética es excesivamente cautelosa, obsoleta y no científica. La burocracia, el costo y la tardanza resultantes, imponen una carga innecesaria tanto para los investigadores académicos como para la industria.

En tres conferencias conjuntas FAO/WHO, dirigidas específicamente a la cuestión de inocuidad de los alimentos derivados de la biotecnología del rADN, se llegó a las mismas conclusiones. En la primera conferencia de expertos (FAO/WHO, 1991) se concluyó que:

La biotecnología tiene una larga historia de uso en la producción y procesado de alimentos. Representa un aceptación continua, de las técnicas de cruzamiento tradicional y las técnicas recientes basadas en la biología molecular. Las técnicas biotecnológicas más nuevas, en particular, brindan la posibilidad de mejorar r ápidamente la cantidad y calidad de los alimentos disponibles. El uso de estas técnicas no causa que se obtengan alimentos menos seguros que los que se producen en forma convencional.

La segunda conferencia (FAO/WHO, 1996) reafirmó las conclusiones y recomendaciones de la primera conferencia (FAO/WHO, 1991):

Las consideraciones sobre inocuidad de alimentos con respecto a organismos producidos por medio de técnicas que cambian las características hereditarias de un organismo, tales como la tecnología del rADN, son básicamente de la misma naturaleza que aquellas que pueden surgir a través de otras formas de alterar el genoma de un organismo, tales como son los cruzamientos convencionales... Aunque pueden existir limitaciones en la aplicación del enfoque de equivalencia substancial para la evaluación de inocuidad, este enfoque asegura que la inocuidad de los productos alimentarios derivados de los organismos genéticamente modificados es igual o superior a la de los alimentos o componentes alimentarios derivados de los métodos convencionales, cuando se comparan unos con otros.

En la conferencia más reciente (FAO/WHO 2000) se examinó la evidencia que se tiene hasta la fecha y se concluyó que:

Una aproximación comparativa, enfocada a determinación de las semejanzas y diferencias que existen entre los alimentos genéticamente modificados y su contraparte convencional, ayuda a identificar problemas, potenciales respecto a inocuidad y nutrición, y se considera que es la estrategia más apropiada... La Conferencia consideró que en la actualidad, no existe una estrategia alternativa que proporcione mejor aseguramiento de la inocuidad respecto a los alimentos genéticamente modificados que el uso apropiado del concepto de equivalencia substancial.

La OECD (1993) ofreció varias conclusiones y recomendaciones, las cuales son enteramente consistentes con los hallazgos de la NAS, NRC, y FAO/WHO:

En principio, se supone que el alimento es inocuo, a no ser que se haya identificado un peligro significativo.

La biotecnología moderna amplía el campo de los cambios genéticos que se pueden llevar a cabo en organismos alimentarios y amplía el campo de las posibles fuentes de alimentos. Esto no causa, inherentemente, que los alimentos sean menos seguros que los alimentos desarrollados por técnicas convencionales.

Por consiguiente, la evaluación de los alimentos y componentes alimentarios obtenidos de organismos desarrollados mediante la aplicación de las ú ltimas técnicas, no necesita un cambio fundamental en los principios establecidos, ni requiere un estándar diferente de inocuidad.

Para los alimentos y los componentes alimentarios de organismos desarrollados por la aplicación de la moderna biotecnología, el enfoque más práctico para la determinación de la inocuidad es considerar si son substancialmente equivalentes al producto alimentario análogo convencional, si es que existe.

La OECD (1998) ratificó las conclusiones y recomendaciones de las conferencias previas de la FAO/WHO y de la propia OECD. En cuanto a la cuestión específica de la alergenicidad potencial de las proteínas introducidas en los alimentos derivados de la biotecnología del rADN, el reporte indicó:

Mientras que no se pueda usar un método específico para las proteínas derivadas de fuentes sin antecedentes de alergia, hay una combinación de comparaciones genéticas y físico-químicas que están disponibles para ser utilizadas como filtro. La aplicación de dicha estrategia puede proporcionar el aseguramiento apropiado, para que los alimentos derivados de productos genéticamente modificados se introduzcan con confianza comparable a otras nuevas variedades de plantas.

En el año 2000, la OECD reconoció la preocupación pública sobre la evaluación de la inocuidad de la tecnología del rADN (OECD, 2000), declarando:

Aunque [la] evaluación de la inocuidad alimentaria está basada en ciencia sólida, hay una necesidad patente de mayor franqueza y de asesores en inocuidad, que se comuniquen mejor con el público. Se han logrado muchos avances al respecto... Sin embargo, se puede hacer más en esta área.

El Comité sobre Plantas Genéticamente Modificadas Protegidas contra Plagas, de la NRC, publicó un informe (NRC, 2000) que confirma los principios establecidos en el informe oficial NAS de1987. Específicamente, el comité encontró que "no hay dicotomía estricta entre (o nuevas categorías de) los riesgos a la salud o el ambiente presentados por las plantas protegidas contra plagas, sean de origen transgénico o convencional" y que las "propiedades de los organismos genéticamente modificados debe ser el enfoque de la evaluación de riesgo, no el proceso por el cual fueron producidos". El comité concluyó que "con planificación cuidadosa y apropiada supervisión reglamentaria, no se espera que el cultivo comercial de plantas transgénicas protegidas contra plagas, en general, presente mayores riesgos, y es posible que se presenten menos riesgos que con otras técnicas de manejo de plagas que comúnmente usan productos químicos y biológicos". (Aunque el informe enfocó las plantas protegidas contra plagas, derivadas de la biotecnología del rADN, el comité afirmó que muchas de sus conclusiones también son aplicables a plantas derivadas de la biotecnología del rADN, en general).

En resumen, la inocuidad de los alimentos derivados de la biotecnología del rADN ha sido extensamente revisada por una cantidad de organizaciones científicas, a nivel nacional e internacional. El uso de la biotecnología del rADN, en sí misma, no tiene impacto sobre la inocuidad de tales alimentos. Los alimentos derivados del uso de la biotecnología del rADN están sujetos a rigurosas y sistemáticas evaluaciones científicas bajo los principios existentes de inocuidad de alimentos–más allá de las que se aplican rutinariamente a los productos derivados de cruzamientos tradicional. Por lo tanto, el nivel de pruebas que se llevan a cabo en el campo y la revisión de la inocuidad de los alimentos antes de su comercialización, aseguran que los alimentos derivados de plantas y microorganismos a través de la biotecnología del rADN son al menos tan seguros como los alimentos existentes, y son consistentes con todos los estándares de inocuidad alimentaria.

Conclusiones

Basado en la evaluación de la evidencia científica disponible, el Panel de Inocuidad Alimentaria Humana llegó a las siguientes conclusiones:

  • La biotecnología, ampliamente definida, tiene una larga historia de uso en producción y procesamiento de alimentos. Representa una continuidad que abarca tanto las técnicas centenarias de cruzamiento tradicional como las últimas técnicas basadas en la modificación molecular del material genético, las cuales, en virtud de su precisión y alcance son un paso importante. Las técnicas más nuevas de biotecnología del rADN, en particular, ofrecen el potencial de mejorar rápida y precisamente la cantidad y calidad de alimento disponible.

  • Los cultivos modificados por métodos moleculares y celulares modernos poseen riesgos que no son diferentes a los riesgos que presentan los cultivos que tienen caracter ísticas similares, modificados a través de métodos genéticos más antiguos. Debido a que los métodos moleculares son más espec íficos, los usuarios de estos métodos van a estar más seguros de las características que introducen a las plantas.

  • La evaluación de alimentos, ingredientes alimentarios y alimentos para animales, obtenidos de organismos desarrollados con las técnicas más nuevas de la biotecnología de manipulación del rADN, no requiere que se realicen cambios fundamentales en los principios establecidos para inocuidad de alimentos; ni requiere que se tenga un estándar de inocuidad diferente; a pesar de que, en efecto, se está requiriendo más información y un estándar más alto de inocuidad.

  • La ciencia sobre la cual se basan los alimentos derivados de la biotecnología del rADN no apoya la necesidad de tener estándares de inocuidad más severos que los que se aplican a los alimentos convencionales.

  • El uso de las técnicas de biotecnología del rADN y de manipulación genética molecular, expanden significativamente el ámbito de los cambios genéticos que se pueden realizar en organismos alimentarios e incrementa el alcance de las posibles fuentes de alimento. Sin embargo, esto no significa que los alimentos sean intrínsecamente menos seguros que los alimentos desarrollados por técnicas convencionales. En virtud de su mayor precisión, se puede esperar que las características de esos productos se identifiquen mejor, resultando en un proceso previsible y confiable, para evaluar la inocuidad.

    Tabla 1. Diferencias entre las pruebas en animales de substancias químicas individuales y alimentos completosa

    Pruebas de substancias químicas individuales

    Típicamente, una sustancia simple, químicamente identificada El nivel más alto de la dosis debe producir un efecto adverso, atribuible sólo a la substancia química

    Dosis baja, por lo general <1% de la dieta

    Fácil de dar una dosis suficientemente alta para asegurar un factor de inocuidad adecuado (>100 x ingesta humana normal)

    Efectos agudos obvios

    Efectos nutricionales casi siempre ausentes

    Vías metabólicas específicas capaces de ser estudiadas y corroboradas

    Causa/efecto relativamente claro

    Pruebas de amlimentos completos

    Una mezcla compleja de muchas substancias, la mayoría no identificadas

    La dosis más alta que no causa rechazo de la dieta o desequilibrio nutricional, es poco probable que produzca un efecto tóxico

    Dosis alta, por lo general >10% de la dieta

    Difícil o imposible de alcanzar dosis mayores que unos cuantos múltiplos de la ingesta humana; por tanto, sin adecuado factor de inocuidad.

    Efectos agudos, que no sean por desequilibrio nutricional, casi siempre ausentes

    Efectos nutricionales típicamente presentes

    Metabolismo complejo de muchos ingredientes, la mayoría no identificados, por tanto, imposibles de determinar

    Los efectos, por lo general, están ausentes o, si se observan, se confunden debido a una multitud de causas posibles

    aBasado en Munro et al. (1986) y Hall (1981)
  • HomeSitemapArchiveAboutJoin Us