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1Área de Microbiología. Facultad de Medicina. Universidad de Oviedo. C/Julián Clavería, s/n – 33006 Oviedo (Asturias-España), uo48609@uniovi.es; 2 Campus de Mieres. Universidad de Oviedo. C/ Gonzalo Gut. Q., s/n – 33600 Mieres (Asturias-España).
La biorremediación in situ se ha usado durante años para eliminar contaminantes orgánicos en suelos y aguas subterráneas. Concretamente, la bioestimulación potencia la capacidad de los microorganismos de utilizar hidrocarburos del petróleo como única fuente de carbono y energía, reduciendo el riesgo medioambiental. La aplicabilidad de la biorremediacion depende en primer lugar de las poblaciones microbianas indígenas presentes, así como de las condiciones de aieración, temperatura, y nutrientes más favorables, de tal forma que estimulen la degradación biológica de los hidrocarburos. Los autores junto con la empresa GEA-TM (Madrid), han aplicado técnicas de bioestimulación en el subsuelo de una factoría (Navarra, España) contaminada durante años con diferentes mezclas de hidrocarburos derivados del petróleo (diesel, fuel-oil y aceite lubricante) debido a la actividad industrial desarrollada por la misma. Inicialmente se llevaron a cabo tratamientos físicos para su eliminación (bombeo entre otros), pero los contaminantes, aunque bastante biodegradados, aún persistían. En base a esto se diseñó un programa de biorremediación. La caracterización biogeoquímica de la zona (nutrientes, oxígeno disuelto, poblaciones microbianas, etc.) sugirió como método más adecuado, la adición de un compuesto que liberase oxígeno, un fertilizante oleofílico y un surfactante comercial para reducir los niveles de contaminantes en el agua.
El proceso de bioestimulación se evaluó de forma continua durante cuatro meses, analizando la diversidad y actividad microbiana mediante recuento en placa, enriquecimiento selectivo en medio sintético con los contaminantes como única fuente de carbono, microscopía de fluorescencia de barrido láser de las bacterias teñidas con indicadores fluorescentes y técnicas moleculares como análisis por T-RFLP. Además se controló el consumo de nutrientes y los índices de biodegradación mediante análisis químico (técnicas de CG-SM con biomarcadores –hopanos e isoprenoides-). Tras varios meses de tratamiento, los análisis químicos mostraron una reducción en los niveles de hidrocarburos acompañada de un incremento significativo en el número de microorganismos con capacidades degradativas. El aislamiento y caracterización de estas bacterias, permitirá evaluar la posibilidad de diseñar consorcios de microorganismos degradadores de hidrocarburos potencialmente útiles en futuros experimentos de bioaumentación.