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Dpto. de Microbiología, Facultad de Biología, Universidad de Barcelona. Av. Diagonal, 645. 08028 Barcelona. E-mail: anavarrete@ub.edu
Los tapetes microbianos son comunidades procarióticas que representan los análogos actuales de los primeros ecosistemas que se dieron sobre la Tierra. El estudio de estos ecosistemas revela las estrategias microbianas para la supervivencia bajo una amplia gama de ambientes. Este estudio se basa en una caracterización integrada de los biomarcadores lipídicos para determinar cambios en el estado fisiológico, la biomasa viable y la composición de la comunidad, en los tapetes microbianos del delta de Ebro (NE España) muestreados durante un ciclo diario a intervalos de 3 horas.
Se determinaron las variables fisicoquímicas (luz, conductividad y sulfhídrico) a lo largo del ciclo circadiano. De las muestras, se extrajo la fracción total lipídica, para ser posteriormente fraccionada en lípidos polares, neutros y glicolípidos. Los perfiles de los ácidos grasos de la fracción polar (fosfolípidos, PLFA), muestran los cambios en la biomasa viable, la composición de la comunidad y su estado metabólico. En ésta misma fracción, también se estudiaron los plasmalógenos, indicadores específicos de las bacterias del género Clostridium. De la fracción neutra se analizaron las quinonas, indicadores del estado redox de la comunidad. La fracción glicolipídica se analizó para estudiar el contenido en poli-b-hidroxialcanoatos (PHA).
La tasa más lenta de crecimiento se observó a últimas horas de la tarde, coincidiendo con un máximo del estrés metabólico, un incremento de bacterias anaeróbicas y una disminución de la biomasa viable. En este mismo momento del ciclo, también se observa un valor máximo en el contenido de PHA. El análisis del potencial redox mostró un metabolismo principalmente aeróbico, con micronichos anaeróbicos, a lo largo del día.
La integración de los resultados de los análisis lipídicos sugieren una alta actividad fotosintética por la mañana, que conlleva un exceso de compuestos de carbono, que, en adición a la escasez de otros nutrientes, como el nitrógeno, da lugar a una situación de crecimiento no equilibrado. Este hecho se ve reflejado en los valores máximos de estrés metabólico y de producción de PHA observados al final del día. Hasta la fecha, los análisis indican una tendencia similar en los ciclos circadianos entre las diferentes estaciones y años, apoyando la idea de que los tapetes microbianos son ecosistemas complejos pero relativamente estables.