Desde la descripción del primer brote de neumonía por Legionella ocurrido en Filadelfia en 1976, estas infecciones se han convertido en un problema prioritario de salud en todo el mundo. Solo entre 1999 y 2002 se produjeron 4 importantes brotes en Holanda, España, Reino Unido y Australia, afectando a unos 1000 pacientes con una mortalidad del 4%. En nuestro país, la legionelosis ha recibido también un especial interés por parte de las autoridades sanitarias especialmente después de la aparición en 2001 del brote mundial más importante de dicha enfermedad registrado en Murcia. En este contexto, el Ministerio de Sanidad y Consumo publicó el Real Decreto (909/2001) para el control y prevención de la legionelosis. En dicho decreto se establecía la obligación de evaluar la contaminación microbiológica en las torres de refrigeración sin especificar que parámetros microbiológicos debían investigarse ni que concentraciones serían aceptables. El RD 865/2003 sustituyo al anterior y detalla la obligatoriedad de realizar controles tanto de Legionella sp., como de bacterias aerobias totales (BAT), estableciendo las concentraciones a partir de las cuales deberán realizarse actuaciones para minimizar el riesgo de legionelosis. A pesar de que la legislación actual es muy exigente todavía siguen apareciendo brotes, principalmente asociados a centros hospitalarios, que suelen presentar una elevada morbilidad.

Nuestra experiencia personal, en el análisis de más de 400 muestras de agua procedentes de torres de refrigeración utilizando las metodologías de referencia, nos demuestra que los niveles establecidos para las BAT (10⁴ UFC/ml) parecen no ser los más adecuados para predecir la presencia de Legionella. Dichos límites deberían ser revisados y adaptados a la realidad. A lo largo de la presentación haremos también énfasis en los últimos avances en la epidemiología de la legionelosis.