Simposio: Sesión in memoriam de Federico Uruburu

 

 

Diversidad de protistas, ¿cuánto sabemos?

 

Purificación López-García

 

Unité d’Ecologie, Systématique & Evolution, CNRS UMR 8079, Université Paris-Sud, bâtiment 360, 91405 Orsay Cedex, France; e-mail: puri.lopez@ese.u-psud.fr

 

Tradicionalmente, los estudios de diversidad de protistas o, en términos muy generales, eucariotas unicelulares, se apoyaban básicamente sobre la descripción morfológica y ultraestructural. A lo largo de los últimos años, la utilización de métodos moleculares basados en la amplificación y secuenciación de genes de ARN ribosómico de la subunidad pequeña del ribosoma ha permitido, como ocurrió en el caso de procariotas, la detección de una variedad notable de nuevos linajes de protistas en ambientes diversos. La mayoría de esos linajes han sido detectados entre los picoeucariotas (<2µm) marinos, en sedimentos anóxicos o en ambientes extremos como las fuentes hidrotermales submarinas o ciertos ambientes ácidos ricos en metales. Algunos de estos nuevos linajes no lo son, habiendo sido interpretados como tales por deficiencias en los análisis filogenéticos o por falta de suficiente representación taxonómica en los bancos de secuencias, y pertenecen en realidad a grupos conocidos. Otros, sin embargo, representan posiblemente nuevos grupos, y su inclusión en análisis filogenéticos puede en algunos casos ayudar a resolver regiones inestables en el árbol de los eucariotas. Este ha sufrido también mutaciones importantes en épocas recientes, pasando de una topología bien resuelta con la emergencia precoz de linajes en general parásitos de elevada tasa de evolución a una topología mucho menos resuelta con una multifurcación de los grandes grupos de eucariotas. Esta progresión es el resultado de la mejora de métodos de análisis filogenético, pero también de la incorporación de nuevas secuencias y de una mayor representatividad taxonómica de las mismas. Ahora bien, ¿conocemos la verdadera extensión de la diversidad de microorganismos eucariotas? Algunos autores afirman que sí, sobre todo en casos paradigmáticos como los ciliados, intensamente estudiados por métodos clásicos en medios dulceacuícolas. Las especies de pequeño tamaño (<1mm) serían relativamente pocas y ubicuas. Sin embargo, estudios moleculares recientes indican que, incluso en hábitats de ese tipo, tan bien caracterizados clásicamente, la diversidad de protistas podría ser muy superior a la sospechada tradicionalmente. A esto contribuye en gran medida el reconocimiento de un fenómeno posiblemente mucho más extendido de lo que se creía: la existencia de especies crípticas. Así, un reciente análisis multigénico de varios aislados procedentes de distintas regiones oceánicas de una especie picoeucariota marina, Micromonas pusilla, muestra la existencia de subgrupos, algunos de ellos ubicuos, cuya divergencia supera la existente no sólo entre especies sino entre taxones muy superiores y cuyo origen podría remontar a fines del Cretácico (hace ~65 Ma). Las morfoespecies tradicionales esconden, pues, una diversidad genética insospechada.