Simposio: Sesión in memoriam de Federico Uruburu
 

 

Biodiversidad de microorganismos que nodulan leguminosas

 

Raúl Rivas González

Departamento de Microbiología y Genética. Universidad de Salamanca. 37007. Salamanca. raul@wwwedu-micro.usal.es

 

La taxonomía de los rhizobia, bacterias capaces de fijar nitrógeno en simbiosis con leguminosas, ha cambiado considerablemente desde los últimos 20 años. El estudio de estos microorganismos se inició en 1888 cuando Beijerinck cultivó por primera vez bacterias aisladas de un nódulo radical. Beijerinck llamó a esta bacteria Bacillus radicicola pero un año más tarde, Frank, renombró y publicó este microorganismo en un género con una sola especie, Rhizobium leguminosarum.

Este primer género original (Rhizobium), ha sido dividido con el paso del tiempo en varios géneros diferentes debido en gran parte a la introducción de más características genéticas como la hibridación DNA-DNA y DNA-rRNA o simplemente al aumento del empleo de la secuenciación de rDNA. En este momento, sabemos que los microorganismos fijadores simbióticos de nitrógeno que se asocian con leguminosas, no forman en absoluto un grupo homogéneo de microorganismos ya que, en la actualidad se han descrito más de 40 especies pertenecientes a 6 géneros distribuidos en 4 familias distintas.

Además, en los últimos años la situación se ha hecho aún más compleja debido a que se han aislado bacterias de nódulos de leguminosas capaces de fijar nitrógeno pero filogenéticamente alejados de los tradicionales grupos de rhizobia en las alpha-proteobacterias. Estos nuevos simbiontes encontrados, incluyen especies de Methylobacterium, Blastobacter, Ochrobactrum y Devosia en las alpha-Proteobacteria y Burkholderia y Ralstonia en las beta-Proteobacteria. Todas estas especies tienen en común además de ser filogenéticamente (16S rDNA) distintas de los rhizobia originales, el hecho de que todas ellas presentan genes de nodulación similares a los que presentan los rhizobia.

El interés de los investigadores en el análisis de la biodiversidad ha aumentado notablemente en los últimos años no solo por el interés biotecnológico que presentan los microorganismos sino también porque cada día somos más conscientes de la importancia y el valor de la diversidad biológica en los procesos ecológicos.