Simposio: Probióticos

 

 

Probióticos: no están todos los que son, pero ¿lo son todos los que están?

 

Juan Evaristo Suárez y Nora Soberón

 

Área de Microbiología. Universidad de Oviedo.

 

El concepto de probiótico aplicado a microorganismos debería abarcar a todos los que mantienen una relación mutualista con un organismo superior. Sin embargo, el término suele usarse para designar solo a bacterias lácticas cuya ingestión es beneficiosa para la salud. De ahí la primera parte del título: “no están todos los que son”, porque en el término debería incluirse a la microbiota que protege todas las mucosas y no solo la intestinal y porque, incluso si consideramos exclusivamente ésta, las bacterias lácticas son minoritarias, por lo que pudiera ser que su efecto no fuera tan amplio como se postula. La restricción del concepto se debe a la consideración de las bacterias lácticas como organismos inocuos (GRAS) que se consumen como parte de los alimentos fermentados, en los que ejercen probablemente un efecto saludable. Ahora bien, entre un efecto beneficioso difuso y su concreción en procesos que van desde la prevención de las diarreas hasta la del cáncer, pasando por procesos infecciosos, autoinmunes y metabólicos de varios tipos, hay un gran trecho. La proliferación de artículos y revisiones escasamente críticas suponen el enmascaramiento de aquellos aspectos en los que se ha demostrado su efecto beneficioso, como son el tratamiento de la intolerancia a la lactosa, de las diarreas infecciosas y de la vaginosis.

La segunda parte del título, “¿lo son todos los que están?”, se refiere a que existe una gran escasez de datos reales sobre la capacidad probiótica de las cepas que se incluyen en los productos comercializados con pretendido efecto funcional (un alimento funcional es aquel que posee propiedades que van más allá de la simple nutrición) y, cuando existen, suelen proceder de centros no totalmente independientes. Ahora bien, aún asumiendo la bondad probiótica de las cepas comerciales, existe el problema de la escasa implantación de los organismos “alóctonos” cuando se interrumpe su administración, incluso aunque ésta se haya producido en grandes concentraciones y durante periodos de tiempo prolongados. Este fenómeno se denomina “Resistencia a la Colonización” y es debido al establecimiento en las mucosas de un equilibrio homeostático por el que los microorganismos residentes adoptan nichos ecológicos específicos, generándose una interdependencia que hace difícil que un recién llegado pueda asentarse en ese ecosistema maduro.

Dadas las circunstancias antedichas, la investigación debería seguir, entre otras, dos direcciones complementarias: a) aislamiento de nuevos microorganismos candidatos, determinación de su potencial probiótico y búsqueda de condiciones que favorezcan su establecimiento en las mucosas y b) determinación de los parámetros que contribuyen al mantenimiento de la homeostasis de la microbiota de ocupación y a su recuperación cuando se ve alterada por factores exógenos.