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Probióticos y enfermedad inflamatoria intestinal: monitorización molecular de su impacto en el tracto gastrointestinal de ratones.

1,2Fuentes, S., 1Bujalance, C., 2Smidt, H., 1Ruiz-Bravo, A., 1Monteoliva-Sánchez, M. y 1Ramos-Cormenzana, A.

1Departamento de Microbiología, Facultad de Farmacia, Universidad de Granada, España. 2Laboratory of Microbiology,  Wageningen University, The  Netherlands.

Son muchas las propiedades que se le atribuyen a los microorganismos probióticos, entre las que destacan aquellas asociadas con el sistema gastrointestinal a través de su interacción con la microbiota del hospedador. Una de las aplicaciones que actualmente presenta mayor interés es su uso en la enfermedad inflamatoria intestinal o IBD (“inflammatory bowel disease”), afección crónica que causa inflamación en el tubo o las paredes del tracto gastrointestinal, pudiendo provocar úlceras, dolor abdominal y diarrea entre otros síntomas. Los tipos más comunes de IBD son la colitis ulcerosa y la enfermedad de Crohn.

El objetivo de este estudio es el análisis del efecto probiótico de una cepa de Lactobacillus plantarum aislada de productos lácteos comerciales, en un modelo murino de IBD. Se dividieron de manera aleatoria hembras de ratones BALB/c de 8-10 semanas de edad en dos grupos, uno de los cuales recibió una dosis diaria durante 10 días de 109 UFC de Lactobacillus plantarum mediante sonda intraesofágica. El día 9 estos grupos se dividieron a su vez en dos, y a uno se le administró por vía rectal una dosis 3mg del agente químico TNBS (ácido trinitrobenceno sulfónico) el cual provoca un efecto inflamatorio similar al estado agudo en la enfermedad de Crohn. Se analizó tanto la capacidad de colonización de la cepa probiótica administrada como el efecto sobre la composición de la microbiota endógena del sistema gastrointestinal de ratones, con especial interés en la comunidad de lactobacilos, mediante el análisis del gen rRNA 16S por electroforesis en gel con gradiente desnaturalizante de DNA (DGGE). Para ello se tomaron muestras fecales los días 0, 8 y 10 así como biopsias del tracto gastrointestinal completo el último día del tratamiento. Para la determinación del proceso inflamatorio se procedió tanto a la observación macroscópica como a la cuantificación de citoquinas inflamatorias mediante RT-PCR cuantitativa del mRNA aislado de colon.

Mediante el análisis por DGGE se observó una gran excreción de la cepa probiótica en heces en aquellos animales que recibieron la dosis de agente inflamatorio, no siendo así en los que no la recibieron, pudiendo esto indicar la influencia del proceso inflamatorio en la capacidad de colonización o multiplicación de la cepa probiótica. Si bien el perfil de lactobacilos es muy estable a lo largo del tubo digestivo, en aquellos animales con el proceso de inflamación se observó una gran reducción en la abundancia de cepas de la microbiota normal, así como una extensa colonización de la cepa probiótica, colonización no observada en animales en condiciones normales.

Mediante la cuantificación de las citoquinas IL-1B, IL-6 y TNF-a se determinó el proceso agudo de inflamación, observando cierta disminución en los números de IL-6 en aquellos animales que recibieron la cepa probiótica.

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